miércoles, 23 de junio de 2010

SABRÁS QUE ERES TÚ (poema)


Su perfume lo invade todo,
libre de excesos, fugaz como un cometa,
hasta derramarse sobre mi alma.

Sus ojos, dos gemas lucíferas
en esta noche de soledad,
noche de otoño,
sus ojos arden y bullen
como dos círculos de madera
confinados a la chimenea.

Esa cintura intocable como las nubes
y frágil como el algodón
asoma más belleza por descubrir 
cada vez que mi imaginación la visita.

Cercana a mis pasos
pero alejada de mi corazón,
ella es una centella que sonríe,
viene y se va del alcance de mis manos;
su luz ciega a muchos, mas yo la tolero.

Abrigado por un cariño que le sueña,
romperé su silencio de papel
y su indiferencia de cartulina.

Más puede una mirada que un mar de palabras.
Si viese mis ojos, sabría que desde siempre fueron suyos.