jueves, 9 de mayo de 2013


LA MODA DE SER PRINCESOS



Siempre que uno navega por Internet se encuentra con novedades. A veces terribles. A veces tiernas. Dependiendo de la óptica personal. Hace poco di con LOS PRINCESOS. La piel se me escarapelaba de la risa, pero también el corazón me daba un vuelco de dignidad, de solidaridad masculina.

Empezando académicamente, se podría decir que el vocablo “princeso” es incorrecto gramaticalmente. Ya que el masculino de princesa es príncipe. Aún así, podría tolerarse tal incoherencia en aras del humor que regodea a casi todos los cibernautas que dimos con estas páginas de facebook, blogs y otras redes sociales en las que se revalora, hasta entrona, la figura de los descendientes de Adán y Adonis, en directa mofa de esa corona de princesas que muchas chicas quisieran tener sin serlo.

Aclarado el panorama, se sabe que durante años la violencia provino por mano del hombre contra la mujer. Dicha estadística, sin embargo, varió. Bien es cierto que se mantiene como mayor agresor estadístico el hombre, pero también nació una pequeña proporción de mujeres violentas. Suceso que daría pie al nacimiento de los princesos.
No enumeraré los casos de maltrato masculino porque son muchos y no podría abarcar el mundo entero en este escrito. Tampoco dañaré nombres de princesos heridos por estar en los castillos equivocados ni nada de eso. Sería desleal.

Sin duda, la liberación de la mujer, que en la actualidad sí goza de beneficios que antiguamente no, generó cambios. Entre lo bueno está el que pueden profesionalizarse, trabajar, acceder a cargos importantes, cobrar más que muchos princesos, tener mayor libertad, etc. Lo malo es que también esa liberación femenina implicó cambios conductuales, como la violencia, el hacer que algunas mujeres se sientan tan o más fuertes que el varón tradicional, al punto de surgir la figura de la HEMBRA ALFA.

Aquí por ejemplo un videíto viral en la red, en la que una alcoholizada hembra alfa violenta a un humilde princeso, a tal punto de ebullición que casi lo viola.


En una respuesta como golpe de búmeran a estos casos aislados, el ingenio de varios web masters salió a la luz con la creación de PRINCESOLANDIA, la dulce tierra de los princesos. Por esos lares mariposean frases como: “Si ella te pide un espacio, no se lo des y déjala, ERES UN PRINCESO, NO UN ASTRONAUTA”, “la verdadera mujer es aquella que quiere, admira, valora, respeta, cuida, le hace el desayuno, almuerzo y cena, además de engreírlo todos los días, se enamora, DEL MISMO PRINCESO”, “¡hey, levanta la cara, nene, que se te cae la corona de princeso!”, “Mujer, si aunque le robaste un beso él no acepta que seas su novia, ¡SIGUE LUCHANDO!, acuérdate que los princesos no son fáciles”.

Las imágenes, memes de moda inundaron la red.







 
Naturalmente, la temática trata de ironizar esa debilidad o afectado amaneramiento de la mayoría de mujeres de hoy. Sobretodo chicas en esa edad que es la joya de la vida: la edad núbil, enamorable, la juventud. Diremos que el princesismo dejó de ser exclusivamente femenino, pasando así a la igualdad, al lado masculino.

Por ello la exageración, a tal extremo de hacer parecer metrosexuales, gays o también “homo vanidosus” al joven princeso. Diré que es una forma de contragolpear ese innecesario aire de orgullo con el que varias damas creen nacer y por lo tanto ser toleradas a más no poder por los hombres. Aunque también existe la antítesis, esa mujer que se deja maltratar, golpear, en casos extremos muere tolerando a ese desalmado que tiene por pareja. Por eso se utiliza también de moda en la prensa policial el término FEMINICIDIO.

Quizás en un futuro no muy lejano, la brecha entre el hombre y la mujer siga evolucionando hasta ser tan delgada como un cabello. Y si se reportan más casos de violencia de parte de la falda contra la camisa (mujer contra hombre), seguramente los ingeniosos de la red acuñarán el término PRINCESOCIDIO (asesinato de un princeso), o algún similar.

Aunque lo raro es que los princesos dicen que ser princeso no es una moda, sino un estilo de vida. Pero para mayor precisión cabe etiquetarla como una moda porque es algo que se va extendiendo como una onda expansiva (de humor contestatario), como el efecto de lanzar una piedrecilla al estanque de agua calma.

Lo garantizado es que pese a la gran marejada de cambios que habrá en el mundo moderno, el humor siempre logrará darnos ese pellizcón bufonesco y necesario para volver a sonreír y, así, recordarnos que nunca se pierde la esperanza de distraernos, irnos, del caótico infierno que se desate alguna vez sobre nosotros.


Atte: El Princeso Rogger Avendaño ;)

  Posdata: Quiero agradecer de todo corazón a la gente que me escribía al e-mail pidiéndome que siga escribiendo, incluso payasadas como esta de los princesos. Ahora el blog va para las 30 mil visitas. Eso me anima mucho. Graciaaaas! :D