Esta mañana hubo un terrible tráfico de ideas en mi mente (misma avenida Javier Prado. Lima). Fue en el reino de Morfeo donde soñé vestir un terno oscuro como de luto, llevar una corbata michi y, muy pegadita a mí, había una mujer de blanco. Saqué un anillo del bolsillo. Se lo puse. Ella hizo lo mismo, aunque mi dedo ofrecía cierta resistencia. Y luego de la sacerdotal frase “puede besar a la novia”, desperté de un salto en mi habitación.
Desayuné yogurt de fresa con plátanos troceados dentro del mismo vaso, a ratos me sacaba un pan integral de la panera de mimbre que está en el centro de la mesa. A pocos minutos, acabo. Ya son las 9 de la mañana, toda la familia desayunó hace una hora, cuando yo estuve tieso en cama, dormido.
Voy a mi habitación. Apenas presiono el power del control remoto, Marti brinca hasta la cama negra y se acomoda para ver National Geographic ( nuestro canal favorito).
Mientras busco entre mis jeans clásicos y polos de color entero (negro, café, rojo, gris), repentinamente me veo en el espejo. Sólo que esta vez pensé en qué tan solemnemente listo o estúpido podría ser yo frente al altar. Casándome ante un público donde se confundan lágrimas y ronquidos.
Matrimonio, una pesadilla para la mayoría de hombres. Palabra tan disuasiva y contundente como un suegro que te apunta con su escopeta. Es el insecticida perfecto que detecta y espanta a los enamorados inseguros (aunque hay casos donde el amor verdadero es a los billetes). La amplia mayoría de mujeres esperan ansiosas ese día. Pero algunos varones tenemos el espíritu del gallo, necesitamos mandar en el gallinero con nuestros cabellos engominados y chaquetas de cuero negro o color vino. Vivir libres como los pájaros, como supermanes volando de nube en nube y de rama en rama hasta caer, de noche, cansados en la cama. Otros queremos tener una sola mujer, rendirle infinita pleitesía mientras el amor y el erotismo sean mutuos.
No debería de hacerme tanto drama, creo, ya que en mi caso sí deseo casarme. Feliz estaré, con la mujer ideal que espero. Ideal, es decir, con una invencible sonrisa, progresista y que cuide su salud física y mental. Nada de otro mundo, ¿no?
Hay que dar para recibir, eso resume la simbología de colocarse mutuamente los anillos de boda. Pondría el anillo y felicísimo posaría ante la camarita que perennice el instante de mi emparejamiento oficial. Luego la luna de miel, después acomodarnos económicamente (independizarse de las invisibles correas paternales), acto seguido fabricar hijos. El plan es bonito, como pasear por la orilla de un atardecer marino. El único problema es ENCONTRAR A LA PAREJA IDEAL (vamos como alquimistas a buscar la Piedra Filosofal, a buscar oro entre el plomo).
Desayuné yogurt de fresa con plátanos troceados dentro del mismo vaso, a ratos me sacaba un pan integral de la panera de mimbre que está en el centro de la mesa. A pocos minutos, acabo. Ya son las 9 de la mañana, toda la familia desayunó hace una hora, cuando yo estuve tieso en cama, dormido.
Voy a mi habitación. Apenas presiono el power del control remoto, Marti brinca hasta la cama negra y se acomoda para ver National Geographic ( nuestro canal favorito).
Mientras busco entre mis jeans clásicos y polos de color entero (negro, café, rojo, gris), repentinamente me veo en el espejo. Sólo que esta vez pensé en qué tan solemnemente listo o estúpido podría ser yo frente al altar. Casándome ante un público donde se confundan lágrimas y ronquidos.
Matrimonio, una pesadilla para la mayoría de hombres. Palabra tan disuasiva y contundente como un suegro que te apunta con su escopeta. Es el insecticida perfecto que detecta y espanta a los enamorados inseguros (aunque hay casos donde el amor verdadero es a los billetes). La amplia mayoría de mujeres esperan ansiosas ese día. Pero algunos varones tenemos el espíritu del gallo, necesitamos mandar en el gallinero con nuestros cabellos engominados y chaquetas de cuero negro o color vino. Vivir libres como los pájaros, como supermanes volando de nube en nube y de rama en rama hasta caer, de noche, cansados en la cama. Otros queremos tener una sola mujer, rendirle infinita pleitesía mientras el amor y el erotismo sean mutuos.
No debería de hacerme tanto drama, creo, ya que en mi caso sí deseo casarme. Feliz estaré, con la mujer ideal que espero. Ideal, es decir, con una invencible sonrisa, progresista y que cuide su salud física y mental. Nada de otro mundo, ¿no?
Hay que dar para recibir, eso resume la simbología de colocarse mutuamente los anillos de boda. Pondría el anillo y felicísimo posaría ante la camarita que perennice el instante de mi emparejamiento oficial. Luego la luna de miel, después acomodarnos económicamente (independizarse de las invisibles correas paternales), acto seguido fabricar hijos. El plan es bonito, como pasear por la orilla de un atardecer marino. El único problema es ENCONTRAR A LA PAREJA IDEAL (vamos como alquimistas a buscar la Piedra Filosofal, a buscar oro entre el plomo).
Continuará...pronto, por ahora juego billar.
10 comentarios:
Hola cielo espero que encuentres a tu mujer ideal y te puedas poner esos anillos
un beso
Pues nada, te digo como Luna...Que encuentres a esa chica ideal...
Muchos besitos.
Rogger, buenos dias.
Yo te diría que sigas jugando al billar y disfrutes de la vida, y cuando te cases prolongues el disfrute y sea algo bonito y maravilloso.
Pasa una buena semana!!.
Besos.
Jacquie.
Vi que visitaste mi blog y dejaste comentario, muy agradecido.
Para mí será un honor que te cuentes entre mis visitantes, esta es solo una visita mía en el tuyo de cortesía, ando mal de tiempo en este momento, pero en cuanto disponga de un buen rato, leeré tus trabajos con mas detenimiento y dejaré mi sincera oinión, hoy solo te comento que no soy partidario de los blogs muy recargados de imagenes y videos que distraen la atención sobre el verdadero trabajo escrito y relentizan la descarga de la página, si es que se trata de un blog donde lo primordial son las palabras de sus diferentes entregas diarias. Así que ya puedes imaginar que en mi proxima visita me centraré principalmente en tus palabras y, con toda seguridad, ignoraré gran parte del resto, aunque a veces hago excepciones, ya veremos cuales serán mis ánimos.
Hasta entonces...
Un cordial saludo y amistoso abrazo.
hola roger, tan ameno como siempre tu scrito, pero ni en sueños te dejas atrapar jajajjajaja, ke barbaridad, estoy segura ke sabras elegir a esa mujer ideal ke buscas, y curate del susto, pues imagino aun no digieres ese sueño,al leerte imaginaba tu cara tu expresion, y te veia en el rostro ese semblante como cuando acabas de ver una pelicula de terror, jajjajjajjajajajja, el matrimonio es hermoso, no te aterrorices,todo depende la forma en ke lo sepas llevar, enhorabuena amigo un abrazo y bendiciones con amor....luz estrella
Hola, rogger. Estuve algo ocupadito esta semana, por eso no pude comentar tus otros textos.
Sabes, creo que el matri es bueno, pero huumm.sou aún de la idea de q es mejor ser solterito.
Un saludo desde lima a tacna, rogger.
Hola R!! Bueno, el video ya lo habia visto en el Facebook y me pareció muy tierno por la carita que ponés jeje! La primera vez que yo jugué tiré la bola blanca afuera de la mesa... asi que imaginate cuan avanzado estas! ajajaja
Y respecto al matrimonio y encontrar a la persona ideal, lo hablamos muchas veces. Yo creo que hay una persona para cada uno de nosotros y que lleva su tiempo encontrarla y darse cuenta. Sobretodo es importante ESE tiempo de ver si es lo correcto por lo que el otro día te decía también, no estar por el hecho de estar y no sentirse sólo.
Lo del matrimonio, bueno te lo digo siempre que hacés una entrada relacionada, lo veo como algo lindo pero tampoco lo más importante, al menos yo como mujer. Priorizo antes el verdadero amor, sentirme plenamnete enamorada y llena de felicidad interior con ese amor a mi pareja (y reciprocidad), que un certificado de matrimonio.
:)
A ver cuando se concreta algo en esos sueños que siempre terminan en la misma imagen :)
Un besote, cuidate!
t quieeeeeee!
Hola a tooodos.
Les agradezco mucho los comentarios.
Respondo :)
LUNA:
Gracias, LUNA. Yo quisiera, ya para cuando me case, mantenerme en la blogósfera Y CONTARLES los pormenores de mi matrimonio ( que espero sea en unos años, vaaaaarios años, eso sí).
Un abrazo dulcísimo para ti, LUNA.
ANA:
Los besitos siempre son medicinales.
Te envío unos a ti también, ANA.
Ten un lindo día.
JACQUIE:
Sí, me falta mejorar mi técnica en el billar. A poco, espero algún día jugar con mis hijitos y mi esposa. Jugar billar en familia, sería magnífico, sabes.
RAFA:
Espero seguir en contacto, blogueándonos. Jejeje...tienes un buen blog, ojalá te agrade el mío.
Hasta luego, Rafa.
ESTRELLA:
No es que me aterrorice del matrimobio, sólo que todavía no es el momento. No estoy listo, no hay con quién (jajaa).
:D
Me emociona saber que te parece entretenido mi blog. Seguiré aquí, Estrella, escribiendo para ti y para todos los amigos bloguers que ponen su huella (comentario) en este rinconcito literario.
ESTEBAN:
Sabes, ya extrañaba que comentaras, Esteban.
;)
Siempre serás bienvenido en este blog, es tu casa.
Un abrazo amistosísimo allá hasta Lima, desde mi Tacna pequeña y heroica.
:)
MARIELA (Maru, lo digo con un cariño más alto que yo):
Claro, yo sé que en eso pensamos no tan igual, pero sí parecidamente: en hallar nuestras parejas.
:D
Tendremos suerte, algo me late y dice que sí.
Besos chocolatosos (por lo dulces y ricos) y un abrazo chicloso (por lo pegajoso y duradero) para vos, Maru, mi Che favorita!!
Te quiero muchíiiisimo
:P
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