Son la 4 de la madrugada mientras camino en medio de la pista. Camino porque quiero relajarme, estar solo un momento conmigo mismo. Quiero dejar atrás a mi Yo universitario, a mi Yo literario, a mi Yo bohemio. Quiero intimar con mi Yo humano. Por el distrito donde vivo, no hay taxis que deambulen a esta hora. Apenas sus luces se ven en la avenida, a 5 cuadras, como quien va al aeropuerto.
Una suave brisa me despeina. Meto las manos en los bolsillos laterales de mi casaca negra. Hay niebla. Hay un cielo pintado entre un rojo oscuro y negro. Amanece. Oigo un coro de gallos, “kikirikí”. Avanzo ligero y sombrío como un fantasma, como un cuervo que explora su territorio. Cada esquina que doblo puede tener una historia distinta. A la vuelta puede estar nadie, o puede estar una pareja abrazándose, o discutiendo. Quizás uno o dos tipos fumen algo. Quizás haya un grupo de perros rompiendo las negras bolsas de basura que en cada esquina la gente bota para que las recoja el carro de la basura. Veo con cariño algunos graffitis, hay un poema anónimo que están allí desde que yo era niño, no sé qué artista urbano lo escribió, pero me gusta:
“Si tu has sido la estrella de una noche sola,
yo soy en tu playa la primera ola”.
Camino en redondo. Soy una sola ola. Voy a la cancha deportiva. Me asomo desde la reja trasera. Quisiera entrar a su pastizal y recostarme, después afinar mi puntería a la canasta de básquet tirando papelitos arrugados y, al final, colgarme como un chimpancé del arco de fútbol. Pero la puerta metálica está cerrada por un candado grande y frío que mis dedos tocan. A esta hora nadie más que el vigilante está adentro. Y a estas horas no parece estar de buen humor. Habla con alguien a través del celular. No escatima en soltar carajos y otras groserías.
Respiro sereno. Prendo el mp3 del celular, me pongo los auriculares y selecciono una canción. No pienso en nada más que en la canción “Quédate”, del grupo ZEN. Voy a casa. Seguramente la familia ya duerme y el gato me espera (dormido también).
Una suave brisa me despeina. Meto las manos en los bolsillos laterales de mi casaca negra. Hay niebla. Hay un cielo pintado entre un rojo oscuro y negro. Amanece. Oigo un coro de gallos, “kikirikí”. Avanzo ligero y sombrío como un fantasma, como un cuervo que explora su territorio. Cada esquina que doblo puede tener una historia distinta. A la vuelta puede estar nadie, o puede estar una pareja abrazándose, o discutiendo. Quizás uno o dos tipos fumen algo. Quizás haya un grupo de perros rompiendo las negras bolsas de basura que en cada esquina la gente bota para que las recoja el carro de la basura. Veo con cariño algunos graffitis, hay un poema anónimo que están allí desde que yo era niño, no sé qué artista urbano lo escribió, pero me gusta:
“Si tu has sido la estrella de una noche sola,
yo soy en tu playa la primera ola”.
Camino en redondo. Soy una sola ola. Voy a la cancha deportiva. Me asomo desde la reja trasera. Quisiera entrar a su pastizal y recostarme, después afinar mi puntería a la canasta de básquet tirando papelitos arrugados y, al final, colgarme como un chimpancé del arco de fútbol. Pero la puerta metálica está cerrada por un candado grande y frío que mis dedos tocan. A esta hora nadie más que el vigilante está adentro. Y a estas horas no parece estar de buen humor. Habla con alguien a través del celular. No escatima en soltar carajos y otras groserías.
Respiro sereno. Prendo el mp3 del celular, me pongo los auriculares y selecciono una canción. No pienso en nada más que en la canción “Quédate”, del grupo ZEN. Voy a casa. Seguramente la familia ya duerme y el gato me espera (dormido también).
15 comentarios:
:)
No soy de caminar en las madrugadas a cada rato. Sólo a veces, digamos que una vez al mes o una vez cada dos meses.
:D
Pero llegué a casa tranquilo, dormí hasta las 9 de la mañana. Me duché y decidí postearlo en el blog.
;)
Gracias por comentar!!
Pues vuelve a pasear...Te ha quedado un texto precioso.
Muchos besitos.
Las caminatas de noche son las más lindas y tranquilas. Escuchar la respiración, los pasos, todo.
Qué lindo el relato :) Y esa canción.. mmm tenemos q hablar me parece :P
Un besitooooooooo
yo tmb te quiero Rrrrrrr jaja
Hola cielo caminar de noche es muy relajante ami me encanta asi te quedo el texto precioso
un beso
hola amigo es relajante y nos forjamos sueños en la oscuridad, añoranzas, recuerdos, eso provoca una caminata nocturna, que rico roger, me hiciste recordar esas noches de caminata en mi adolecencia aunke claro yop acompañada, jajjaaja, sabes y con esa linda cancion a tu oido amigo, que no pasaria por tu mente, lo bueno ke tus calles debenser trankilas en mi ciudad ya no tenemos esos privilegios , es peligroso transitar a esa horas sin vehiculo, ke felicidad para ti ke aun puedes hacerlo , un abrazo amigo y muchas bendiciones con amor...luz estrella
Hola Roger:
Nunca había leído un relato tuyo, pero te ha quedado genial.
A mi me gustan los paseos por la noche, pero siempre, siempre, acompañada... No me gusta caminar sola.
Buen día
Holaaaa Rogger, caminar es muy bueno, yo prefiero la mañana muy tempranito mientras escucho música o voy pensando en mis cosas es algo relajante.
Besos.
:D
Hummm...a ver.
ANA:
Ahora trataré de caminar más,
:D
Gracias por visitar y comentar, ANA.
MARIELA:
Caminar en compañía es muy agradable. Caminar solo es más reflexivo, a veces.
:)
La canción es una de mis favoritas desde hace 4 años, creo, además el grupo ZEN tiene otra canción que dice: "Seguiré".
¿Te gustó la canción?
Espero que sí.
;)
Un abrazo graaaande, MARU.
LUNA:
Mi caminadora naturaleza me dice que sí, que camine en lugares extraños y a horas extrañas (con el debido cuidado, claro está).
:D
Hasta pronto, LUNA.
ESTRELLA:
Hay tugurios muy peligrosos por mi ciudad, en serio, pero por mi zona hay una relativa calma (aunque algunos fueron asaltados).
O quizás sea porque, como me dicen algunos, mi modo de caminar es amenazador (mirada fija, cuerpo derecho, manos abiertas y como pesadas, pasos sólidos).
:D
SEguiré caminando,ESTRELLA.
Abrazos, Estrella.
SHEDIR:
De hecho, las damas deben estar acompañadas y no exponerse a riesgos.
;)
Más bien yo soy algo cavernícola, jajjaa...puedo defenderme o correr como el ratón SPEEDY GONZÁLES.
Jejeje...
Ten una buena semana, Shedir.
EMY:
En las primeras horas de la mañana, a veces, salgo a correr para mejorar la irrigación sanguínea de mi sistema circulatorio (minado por tanta comida rápida).
:)
Saluuuuudos, EMY.
hola rogger. a ver si un dia de estos en tus paseos nocturnos te sale al encuentro una dama misteriosa, y te echa un mordisco en el cuello, amigo noo, mira que de noche suelen pasar cositas malas, mejor relajate de dia, yo cuando nesecito pensar me voy ala playa, y mira tu, tanto amo al mar, que me vine a vivir a una isla, aqui de donde estes solo ves la playa, en cualquier lugar de la isla que te encuntres estas siempre a un paso de la playa jeje, bueno me encanto leerte, un abrazote.. linda frase que escribio un poeta anonimo de las calles, muackk
hola rogger. a ver si un dia de estos en tus paseos nocturnos te sale al encuentro una dama misteriosa, y te echa un mordisco en el cuello, amigo noo, mira que de noche suelen pasar cositas malas, mejor relajate de dia, yo cuando nesecito pensar me voy ala playa, y mira tu, tanto amo al mar, que me vine a vivir a una isla, aqui de donde estes solo ves la playa, en cualquier lugar de la isla que te encuntres estas siempre a un paso de la playa jeje, bueno me encanto leerte, un abrazote.. linda frase que escribio un poeta anonimo de las calles, muackk
Y a seguir caminando...hacen falta caminatas d estas...y despues parar y mirar el mar...a quien lo tenga d frente,jeje.
Saluditos de la chica, y gracias x pasar!!
GAVIOTA:
Ya quisiera que una vampira me muerda el cuello hasta disecarme, jaja...
Bueno, camino de noche porque quizás tenga la certeza de que puedo defenderme de uno o dos atacantes. O quizás voy muy confiado porque en caso de ser necesario, puedo correr veloz como una bala.
:D
Qué lindo, vives en una isla. Yo quisiera algún día también vivir en una isla.
:)
Pero claro, te juro que yo, de ser un isleño, dormiría con mi salvavidas y un bote cerca, en caso de darse una inundación marina o el agua crezca.
Un abrazo, GAVI.
ISABEL DE LEÓN:
Es que cuando camino así de solo, los circuitos de mi cerebro funcionan mejormente que cuando leo o cuando veo un partido de fútbol en televisión.
:D
Por eso, calculo que tengo vaaaaarios miles de kilómetros de caminatas solitarias y reflexivas.
Un gusto tenerte por esta casa bloguera, Isabel.
Pues muy inspirado el relato !
Me gusta caminar pero jamas lo haría de madrugada, tengo pánico, esta tan maleada mi ciudad.
Hay que ser un poco loco como yo para caminar a esas horas, jeje...
No, Pato querida, es broma. No estoy loco. Pero sabes, me parece bien que tomes tus precauciones. Sobretodo siendo dama.
:D
Un abrazo.
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